"Siempre tengo un libro de negocios en el velador. Llevo años leyendo este tipo de libros, entro otros. Como emprendedor, asesor y estudioso de este tipo de aprendizaje, he hecho de los libros una fuente de inspiración, conocimiento y buenos consejos.

Un buen libro es como una conversación con el autor en la que le preguntamos: ¿qué consejo me darías para tener éxito en esta tarea? Si es un libro de cocina, entonces sería para tener éxito en la preparación de algún plato; si es un libro de ejercitación, te dará consejos para hacer bien los ejercicios sin lesionarte, y así.

En este libro, la pregunta que responde el autor es: ¿qué consejos me darías para vender proyectos de tecnología? Y particularmente: ¿qué errores no debería cometer?

Y lo que me gusta de la respuesta es que tiene sentido práctico, es aplicable, no teórica. Sé reconocer el valor de una teoría, pero una idea, ausente de sentido práctico, “no es más que” una teoría. Eso es algo que valoro de esta obra; si aplicas sus reglas prácticas verás resultados."